viernes, 26 de noviembre de 2010

El vía crucis de las compras en Internet en sitios web de USA

Por supuesto que para cualquier ciudadano estadounidense con dirección en USA esto de comprar por Internet puede ser muy ventajoso y útil. Pero que no me vengan con que para un costarricense (o cualquier otro nacional de Latinoamérica) la compra en Internet representa una ventaja considerable. Al final, por mucho, terminás igual o hasta perdiendo. Les cuento mi vía crucis en breve, que no es muy diferente al de la mayoría de ticos residentes en su país.

Cuento con un saldo favorable en Paypal (una especie de banco de Internet donde realizás y recibís pagos) y quiero gastarlo en la gran mentira del Viernes Negro (Black Friday); que de rebajos nada, solo mucha promoción. Aquí empezó mi primera limitación para llegar a la feliz consecuencia de comprar algo que quiero, pues resulta que muchos lugares no aceptan pagos por este sistema, como la famosa Amazon.com. Este lugar de algunas ofertas interesantes, de entrada, descartado.

Me voy para Bestbuy.com y me enfrento a cosillas electrónicas interesantes para regalar, algunos buenos precios y cuando estoy dando los datos para registrar dirección de envío, ¡ZAS! Lo siguiente: no me acepta dirección de Aerocasillas (política de la empresa). Lo paradójico es que BestBuy ofrece envío gratuito a cualquier parte de EE.UU.

Por supuesto, antes de poder comprar por Internet en EE.UU. debes tener una cuenta de Aerocasillas u otra empresa que se encargue de traer tu pedido desde Miami. Por ahí empezó el tema y el gasto, tuviste que pagar una membresía (aunque a veces hay promociones si tienes cuenta del BCR) y además tenés que pagar una anualidad: o la usás o desperdiciar la anualidad, ese es el mensaje comercial.

Pero volvamos a los sitios de compra. Buscás más lugares y te hablan por ahí de ebay.com (aliado de Paypal), pero resulta que es de subastas, sin garantías, sin seguridad para uno desde este lugarcito del sur.

Luego que Wallmark, la transnacional, el oligopolio en algunos lugares. Después de superar la idea de que los necesitás, entonces encontrás que ciertamente tienen productos a bajos precios en ese mundillo electrónico. De nuevo nos aventuramos al ejercicio de la compra y por dicha vez que sí aceptan Paypal. Genial todo hasta que te sale la leyenda: "Wallmark no acepta pagos con tarjetas no emitidas en EE.UU." Eso aplicaría a cualquier tarjeta de Costa Rica, pero además es contradictorio con un saldo favorable de Paypal, que es plata que Paypal tiene en saldo y pueden comprobar de inmediato, no es crédito ni debe ser comprobada en otro país. Pero aún así, no se puede y no se puede. Frustrante. A estas alturas ya llevás como 2 horas detrás del propósito: 2 horas de tiempo perdido.

Por supuesto que también tuviste que buscar antes las ofertas, no dejarte engañar por falsas ofertas, ver modelos (que además, en el caso de los teléfonos móviles, deben ser cotejados con una lista del ICE) y observar con lupa detalles como si es nuevo, reconstruido, colores, condiciones de envío, garantías, tallas en la ropa, peso, impuestos, tarifas, etc. También tenés que irte a revisar en la calculadora de Aerocasillas el cálculo de su tarifa y los impuestos de importación. Eso es otro enredo: resulta que podés pedir exención cada 6 meses, pero para hacer el trámite correspondiente debés contratar a Aerocasillas o hacerlo uno; obviamente uno prefiere pagar la tarifa que va desde unos $17 en adelante, dependiendo del precio total del artículo. Además les pagás la tarifa del flete, un cargo por combustible y un seguro o algo similar llamado Aeroprotect. Eso en una cuenta básica, pero también hay "dorada", "diamante" y "platino" con otros cargos adicionales.

Si usted ha llegado hasta aquí "leyendo", tenga presente que yo llegué hasta aquí "actuando" para lograr mi preciado celular y cámara nuevos con fondos de paypal. Y déjeme además agregarle otros detalles: en cada uno de los lugares que ingresé anteriormente (Amazon, Bestbuy, ebay y Wallmark) tuve que forzosamente inscribirme con mis datos personales, claves, direcciones y todo eso que le piden a uno. Y esa inscripción fue previa a saber si aceptaban paypal, o si aceptaban tarjetas de otros países, o si aceptaban aerocasillas, entre otras cosas. Siempre te dicen lo más importante al final.

Acudí al chat de ayuda de Aerocasillas en 3 oportunidades y ellos me fueron dando luz sobre las condiciones. Me dijeron que Amazon los rechaza olímpicamente, que Wallmark no acepta tarjetas de afuera y luego me recomendaron unas páginas interesantes para comparar y SEGUIR BUSCANDO. Pricegrabber.com me dio comparaciones de buenos precios, pero adivinen: en dos páginas más con buenos precios ¡tampoco aceptaban tarjetas emitidas fuera de EE.UU.

A estas alturas había perdido toda la mañana y parte de la tarde del afamadísimo Black Friday. Entonces acudí a Paypal para preguntarles a ellos directamente qué me recomiendan, qué lugares puedo usar para comprar con el saldo de la cuenta de ellos sin tener inconvenientes, pero resulta que duran ¡de 24 a 72 horas para responder mi consulta!

Acudo al Facebook y al Twitter, donde están los más cargas, los que siempre dicen que compran por Internet y se las saben todas. Quizás los que saben no quisieron o no pudieron ayudarme, pero me di cuenta que yo no era el único frustrado con el asunto: "Es una cochinada!!! Yo el año pasado perdí el tiempo en eso y quede curado", me dijo @JJCordero. Además coincidieron otros amigos: @guiaazcostarica @mac_shatta. Comprar por Internet en EE.UU. no solo no es fácil, es además un via crucis de lamentos, un dolor, un sin sentido.

Hice replanteamiento del problema, repensé las cosas y entonces se me ocurrió que podía comprar en Bestbuy.com sin acudir a Aerocasillas y enviar los bienes a una dirección de una amistad en EE.UU. Después veríamos cómo diantres ellos nos podían enviar el producto. Ingresé al sitio, seguí los procedimientos y ¡qué bien! Puedo pagar con Paypal, pero diay, para darle un final infeliz como se podía oler, entonces sale esta leyenda: "PayPal no permite a su país de residencia enviar al país que desea". Es decir, Paypal no me permite enviar a Nueva York, EE.UU. Váyanse mucho al carajo, lo intenté.

Entonces alguien me dijo por ahí que mi problema (de todos los muchos que tengo y la gente siempre tiene a bien decírmelos) es que tenía la limitación de Paypal, que si tuviera una tarjeta bien carga podría hacerlo. Quizás, pero ¿todos en Tiquicia tienen tarjetas emitidas en EE.UU.?

Ahora bien, me puse a ver lo que me ahorraba si compraba por Internet, con todos los gastos de envío, importación, etc., etc., y entonces me di cuenta que no era tanto como para haber perdido 5 horas de trabajo, de paz y tranquilidad, más otras 3 horas para ir a recoger el producto, más otras 3 que usé para mi cuenta de Aerocasillas, más tanto más.

El Viernes Negro no pudo ser, en definitiva, más negro, sin alusiones a los amigos negros que tanto estimo y respeto.

Comprar en Internet a empresas de EE.UU., para los costarricenses comunes como yo, no representa tanta ventaja como dicen algunos. Ese mito debemos superarlo, porque solo nos pone a trabajar de más para que ganen algunas transnacionales o empresas gringas que ofrecen limitaciones, problemas y mal servicio. Lo digo hasta hoy.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Nicaragua y Costa Rica en la escalada: modelos explicativos

Uno de los textos emblemáticos cuando se estudia Relaciones Internacionales es "La esencia de la decisión: análisis explicativo de la crisis de los misiles en Cuba" de Graham T. Allison, que en mi tiempo nos lo introducía la profesora Marianela Aguilar, una profesora deficiente pero muy preocupada. Con ella conocimos el libro y el libro nos enseñó muchas cosas, entre ellas cómo entender en 3 modelos explicativos un conflicto entre naciones.

Desde esos 3 modelos y la conjunción de los 3 al final podemos tratar de entender lo que sucede entre Nicaragua y Costa Rica. No solo se trata de las ambiciones desmedidas de Ortega, como hemos quedado en entender los ticos, en este conflicto influyen otras consideraciones que siempre podemos analizar y nos ayudan a explicar. Los modelos son el racional o clásico, el organizacional y el burocrático.

Los analistas y la mayoría de los costarricenses hemos interpretado la situación a partir del modelo racional: la situación es entre dos países que son unidades racionales de pensamiento y actúan como una identidad. Cuestionable, pero fácil, este modelo es el que aplican los miles de xenofóbicos que reventaron y ven al pueblo nicaragüense como parte de su país, aunque vivan aquí. También el de quienes ven a Costa Rica como un ente homogéneo que apoya a su gobierno incondicionalmente. Y no es así. Ni Costa Rica es tan valiente, ni es tan endeble, ni es tan unida; así como tampoco Nicaragua lo es: el 60% (en una encuesta en el Diario La Prensa de allá) de los ciudadanos nicas apoyaron la resolución de la OEA, por ejemplo. Asimismo, un polémico, quizás no muy claro, artículo de opinión de Rodolfo Cerdas del domingo tiende a verlo de esta manera.

Desde lo organizacional podemos definir mejores derroteros. El tema del canal interoceánico por el río San Juan (que según algunos no es técnicamente viable) incursiona aquí con su tinte de apoyos venezolanos e incluso iraníes, según sospechas de algunos medios. Para algunos el conflicto nace desde ahí, así como de intereses que resguardan las organizaciones ligadas a los países del ALBA.

Por otra parte, el Movimiento Libertario, fiel a su propuesta agresiva y desconectada del sentir costarricense, llamó a mayor firmeza del gobierno frente a los nicaragüenses. Varias instituciones llamaron a aceptar la ayuda militar canadiense, ofrecida en el ínterin de la discusión en la OEA. Desde la perspectiva organizacional también podemos entender cómo la OEA quedó disminuida otra vez, después de que su resolución fuera rechazada unilateralmente por Nicaragua, y al final, no tuviera ninguna incidencia. No era obligatoria y no lo fue para el gobierno de Nicaragua, a quien no le importa el parecer de los demás países del continente, excepto Venezuela.

En Costa Rica, tampoco es descartable el gran favor que Ortega le ha hecho a Chinchilla al desviar la atención sobre Crucitas, que tanto daño le venía haciendo a la imagen de la Presidenta. Eso sin anotar que ahora Ortega está usando Crucitas como ejemplo de contaminación de Costa Rica y eso, sin lugar a dudas, pondrá a los opositores al proyecto minero en un antipopular papel de defensores de la izquierda y de los intereses nicas en el país. Unos días antes, en medio conflicto, la Presidenta de Costa Rica había dado unas desafortunadas declaraciones tratando a los detractores del proyecto minero Crucitas como de radicales y trató de manipular a los campesinos y ganaderos de San Carlos, diciéndoles que los culpables de la pobreza eran esos radicales que no querían desarrollos. Los nicaragüenses, por su parte, ya están entendiendo que la invasión a isla Calero no es más que una cortina de humo electoral. En este caso usamos el modelo explicativo burocrático o gubernamental, el que analiza las instituciones del Estado y sus intereses.

El expresidente Arias reapareció, intencionalmente, para mostrar su desaprobación por la actuación de Chinchilla y argüir de manera reiterada, como abuelo oligarca resentido, que no se le había consultado nada a él en este conflicto; además la trató de débil y malagradecida. Arias y su séquito, incluyendo los mismos diputados de Chinchilla, pretenden mostrarse contrarios al gobierno, en la mira de las elecciones 2014, donde Rodrigo Arias postula su ambición.

Estos modelos se complementan y de esa conjunción pueden salir interpretaciones o análisis de verdad interesantes, que nos ayuden no solo a entender lo que sucede, sino a no caer en la trampa de los actores, dejándonos rodar por sentimientos arbitrarios y contradictorios que solamente perjudican a los pueblos de ambos países.

Del resultado de todos estos procesos ahora podemos ver cómo se ha gestado una escalada de violencia, en la que Ortega ahora pretende navegar también en el río Colorado, dice no retirar su presencia militar en la zona y descalificó a la OEA. Mientras tanto, en Costa Rica, las presiones para acudir a ayuda internacional aumentan y pareciera que el conflicto (ya no un simple diferendo) va para largo.
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