sábado, 22 de marzo de 2014

La ruptura inmunológica en la política costarricense

Podría ponerme a enumerar o tratar de articular o estructurar el legado de los partidos tradicionales (PLN-PUSC) en la Costa Rica actual, pero todos tenemos claro que es uno principal: la corrupción.

Si Luis Guillermo Solís del PAC logra triunfar en las próximas elecciones no se tratará solamente de un simple cambio de gobierno. Será tiempo de hablar de un momento de ruptura, de una ruptura de paradigma político.

El legado corrupto, que se liga al clientelismo, el tráfico de influencias, las argollas empresarias entorno a la política para sacar provecho de ella (los empresarios políticos), el servilismo a los intereses de las grandes corporaciones, el entrar a la política para servirse a manos llenas, no para servir, el usar puestos públicos para premiar donaciones de campaña, trabajo de pegabanderas y amistad; es decir, esa forma tradicional de hacer política como hacer comercio, es la base política en este país, en este momento.

El Partido Acción Ciudadana ha estado recibiendo, desde que se sabe su inminente triunfo electoral, cientos de currículos y hasta propuestas para los ministerios e instituciones del Estado. Por eso este partido prefirió hacerlo transparente y pidió los currículos. Es innegable que el PAC está siendo invadido por presiones de liberacionistas y otros que, acostumbrados a la teta del poder, no quieren dejarla, y se están queriendo valer de las amistades para seguir en el poder, que les importa poco un partido, solo quieren seguir en el poder, y el negocio.

Cuando hablo precisamente de esta ruptura en el paradigma, me refiero precisamente a un cambio que se irá haciendo poco a poco, que ya empezó desde que, hace más de 13 años, se empezó a gestar la propuesta PAC, así como el ascenso de las fuerzas de izquierda, fortalecidas entorno a la lucha contra el TLC y ayudada por pésimos gobiernos del PLN, que impusieron un modelo neoliberal que pronto fue ocupado por cuadros corruptos del empresariado nacional.

La gente ha preferido el cambio gradual, no el ascelerado de la izquierda, por eso el Frente Amplio (FA) no tuvo el empuje necesario para ganar. La propuesta hiper-crítica, en algunos tramos contradictoria y radical, de este partido, terminó por cobrarle factura, y de nuevo el país se orientó hacia el cambio menos acelerado.

Adecentar la política es la gran tarea que tiene el PAC y es ahí donde está el meollo del triunfo o derrota en ruptura con ese paradigma antiguo, y el desarrollo de una nueva forma y fondo para la política costarricense. Es ahí donde se logrará o no. Incluso, si el PAC no logra hacer un cambio sustancial y exitoso, esto abrirá las puertas a la izquierda con el FA.

Muchos analistas no acertaron este ascenso vertiginoso de Solís y el PAC, porque siguen viendo a la política costarricense como era, como ha sido impostada en la epidermis del costarricense. Pero eso ha cambiado, el mismo costarricense se ha fastidiado de eso -aún cuando ha sido parte de esa dinámica- y empieza a rechazarlo, como se rechaza un virus del cuerpo. Es así como el sistema inmunológico de Costa Rica ha ido asumiendo poco a poco, pero cada vez más firme, a la propuesta PAC -así como la propuesta del Frente Amplio- como un tratamiento retroviral para un país peligrosamente enfermo.

El Frente Amplio, así como otros partidos emergentes, son parte también de este cambio, gracias principalmente a la indignación popular. El PAC empezó el cambio en el 2001, pero luego el FA ha venido a vigorizar desde la izquierda este proceso, que continúa y apenas produciendo sus raíces.

Sin embargo, aún existe el rezago del paradigma tradicional y evidencia de ello es que aún queda mucha gente que vota por el PLN (muchos de ellos sin duda beneficiados por el clientelismo) y solamente un buen gobierno -y un cambio gradual pero firme- podrá modificar la situación y desgastar al virus de la corrupción.

Es la época de la ruptura, de evitar que ese virus no se propaga como para generar un cáncer incurable.

Foto: Erick Carvajal.

martes, 4 de marzo de 2014

El legado PAC después de 13 años

Fue un domingo de diciembre de 2001, cuando por las calles de Heredia -curiosamente- cientos de carros pitaban frenéticamente con su bandera rojiamarilla. Vivía en el centro, por el Barrio El Carmen y, ante mi sorpresa, me enseñan la portada del periódico La Nación. Un nuevo partido, comandado por el ex-liberacionista Ottón Solís Fallas, estaba de tercero en la intención de voto de una encuesta. 

Hasta ese momento, este politólogo tirado a educador en aquel momento, frustrado con la política tradicional del PLUSC y considerando seriamente en abandonar toda pretensión con esa hermosa carrera en la que se había graduado en 1997, siente cómo algo vibra en su interior y le brillan los ojos. Y entonces empiezo a hurgar para conocer sobre ese partido al que, con el dolor de mi escuálido bolsillo, le había comprado una camiseta. Leo su programa y retumban en mi mente varias palabras: austeridad, ética, consistencia entre el decir y el hacer, lucha contra el clientelismo, coherencia y, ante todo, decencia. Recupero la esperanza y ese es el primer gran legado del PAC, porque sé que muchos costarricenses más también lo hicieron.

El PAC le dio a la gente con pensamiento de centro-izquierda la alegría de hacer campaña con optimismo, con seriedad, pero también con alegría. El derrotismo había dominado la escena de la oposición en Costa Rica, pero de repente, como fue en 2002 y como ha sido a finales de 2013 y principios de 2014, la gente se ilusiona de nuevo con la posibilidad de la esperanza. Ha sido también la esperanza por recuperar el ideario socialdemócrata que el PLN había abandonado con el arismo.

Al principio se decía que era un voto protesta, ciertamente, pero además era un voto protesta con contenido programático y con valores claros. Para el 2002 se logró el 25% de votos y una buena representación legislativa, marcando un punto de ruptura con el bipartidismo y dando inicio así a una nueva era en la forma de hacer política en Costa Rica. Con la caída del PUSC y los escándalos de corrupción en ese partido con sus expresidentes, el PAC cosecha el suficiente apoyo para convertirse en la segunda opción y desplazar a los socialcristianos, que no pudieron recuperarse hasta hoy. Sin embargo, no puede con la maquinaria electoral del PLN, del clientelismo y tradicionalismo arraigado en cientos de miles de costarricenses. La lucha apenas empezaba.

Desde entonces el voto PAC provino desde varios grupos electorales, siempre ha sido volátil y digno de llamarse un voto pensado. El clientelismo desapareció con este partido, aunque el PLN lo ha seguido usando para sus propios pantanos. Este es su segundo legado, que se aúna a que siempre ha tenido que esforzarse por presentarle a los costarricenses la mejor propuesta, el mejor candidato y los mejores cuadros.

El PAC cumplió 13 años el pasado 8 de diciembre y, como se puede ver, no hay superstición que valga, porque podría ser este año el que alcance por primera vez la cosecha de ser gobierno.

El PAC viene a enriquecer la democracia -su tercer legado importante- porque abre el abanico de opciones electorales; abre la mente de las personas y los pone a hurgar un poco más en sus posibilidades políticas, en sus posibilidades para votar. Y principalmente, en la ilusión por adecentar al país en contra de la política tradicional que se cocina en la vulgar repartición en piñata de los beneficios del Estado para unos pocos. Desde los bonos hasta los contratos multimillonarios se se han movido políticamente y eso pervierte la política. La credibilidad y legitimidad del sistema político es socavada y ya nadie quiere saber de ese "montón de ladrones". Los empresarios se convierten en políticos para pujar por su tajada, y desaparecen los estadistas. La clase alta y empresarial del país se adueña del Estado y hace con él lo que quiere, principalmente desde el PLN y el PUSC. El ML viene a continuar esa repartición de cuotas, pero desde una vitrina ideológicamente radical.

El PAC llega para abrir la política al ciudadano común, para crear mecanismos de participación ciudadana y permitir a cualquiera, sin distingo de la plata que pueda o no dar a la campaña, de ser digno de voto y preferencia ciudadana. Por primera vez en mucho tiempo, los pobres pueden también pujar por el poder y por sus intereses, y no necesitan presentar sus chequeras, sino ideas, trabajo y honestidad a prueba; su cuarto legado en la lista.

Este país le debe al PAC no solamente una transformación en la forma de hacer, sentir y pensar la política, sino además la creación de un paradigma de decencia que está salvando al país de las garras de la corrupción. La ética PAC -mito y burla para muchos vivillos-, por su propio peso ha venido a conformarse en su quinto legado al país.


Cuando Luis Guillermo Solís planteó hace poco que no se aliaría con partidos políticos, sino con sectores muchos quedamos impresionados y sorprendidos. Habló el politólogo e historiador de hacer alianzas con sectores, sin cuotas de poder, sin negociaciones de espaldas a la gente, y así ha sido. Otro legado, el sexto, significativo y que retrata cómo este partido innova, se revitaliza y refuerza la democracia, esa democracia de los grupos de presión e interés, donde no solo los partidos tienen representación y voz, sino también los sectores que componen al país. Es una democracia más amplia, más versátil, más dinámica.

De ganar las elecciones, el PAC podrá también confirmar otro principio que ha sido legado de su propuesta, se trata de los principios de coherencia entre el decir y hacer, se trata de cumplir con un programa de gobierno y de realmente servirle a la gente y al Estado, y no servirse de él. Como oferta política, mientras tanto, este es el sétimo legado al país.

Por otra parte, el PAC ha generado una escuela política que ha calado en cada ciudadano, poco a poco, durante más de 2 lustros. Este octavo legado le ha enseñado a la gente que la política es participación, que ella es parte de la política y sin ella no se puede, que comprar una camiseta o una bandera es el inicio de mi servicio al país, a la política y al futuro; que no se trata de llegar a pedirle a los partidos y al gobierno, que se trata de llegar a pedir participación, a preguntar ¿en qué puedo ser útil para que el partido haga su mejor trabajo?

La gente ha aprendido también que la austeridad es parte de lo que debe hacerse por este país. Que no es solo una palabra rara, sino que se trata de no gastar todo el dinero habido para campaña, de usar solamente la mitad, aunque eso restara votos. Fue un sacrificio educativo, un ejemplo para el futuro, que muchos no podían entender, muchos otros no podían defender y que para algunos incluso fue motivo de mofa. Había que dar el ejemplo, desde el no usar los autos de la Asamblea, hasta el no gastar la mitad de la deuda política. Y luego vendrían los frutos, y los frutos son ese cúmulo de costarricenses que no dan su voto como un cheque en blanco, que lo piensan y, finalmente, lo ceden a quien les ha demostrado cosas que valen la pena. El pensar la austeridad como parte de un país que no es rico, pero puede lograrlo, es indudablemente el noveno legado.

Ese es el PAC que imaginé hace 13 años, el que he visto y el que persiste, el que se ha mantenido consistente, como un canal para la incorporación de los mejores y los más decentes en la construcción de una nueva política para Costa Rica, donde rescatar al país será posible. Es el PAC que me devolvió la ilusión en la Ciencia Política como la disciplina para servirle al pueblo, para construir sociedades mejores, progresistas, solidarias y sostenibles. No es perfecto, es humano, tiene vacíos y tiene errores, pero es nuestro y podemos aprovecharlo.

#MivotoesPAC por esas razones, pero además porque este no es solamente un partido político, es un movimiento por la dignidad histórica de Costa Rica. Y el próximo 6 de abril este movimiento podrá realizar como merece, la cosecha de esa siembra que ha ido realizando en cada costarricense.

domingo, 2 de marzo de 2014

El juego de los cálculos legislativos para 2014-2018

Dialogar sobre el congreso costarricense posiblemente sería muy aburrido, si no es porque su conformación para el período 2014-2018 es totalmente atípica y sui géneris.

Cuando el Partido Acción Ciudadana (PAC) rompió con el bipartidismo en 2002, pudo imaginar lo que vendría. Ya no sería como en el pasado, cuando la mayoría estaba convenida entre el Partido Liberación Nacional (PLN) y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

Desde ese momento la capacidad de negociación ha permeado la dinámica legislativa, y para los siguientes 4 años no será diferente, con dos excepciones: las fuerzas progresistas y de izquierda han aumentado su participación, y la Asamblea Legislativa (AL) ahora está aún más dividida que en períodos anteriores.

Ya van tres gobiernos con una Asamblea Legislativa escindida en varias fuerzas. Durante el gobierno de Abel Pacheco, el PAC obtuvo una inesperada cifra de 14 diputados, frente a 17 del PLN y 19 del PUSC. En esta elección también despunta una nueva fuerza electoral: el ML, que llega a 6 diputados. En este año, como es claro, el partido gobernante ocupada los votos de otras agrupaciones para poder aprobar proyectos de Ley; así fue como el PLN y ML, desde un endeble gobierno socialcristiano, manejado desde un Ministerio de la Presidencia otorgado al liberacionista Rodrigo Arias Sánchez, se convirtieron en aliados del PUSC. En esa oportunidad al PAC no le alcanzaron los 14 escaños para convertirse en oposición efectiva.

Con la polémica elección de 2006 –con acusaciones de fraude y conteo manual hacia el final-, Óscar Arias Sánchez llega a la Presidencia, luego de ganar con una diferencia mínima ante Ottón Solís del PAC. El PLN alcanzó 25 miembros en el congreso, pero el PAC apenas alcanza 17, seguido del ML con 6 y el PUSC con 5. Con el apoyo del independiente José Manuel Echandi, así como del PUSC y el ML, otra vez el PLN logró coordinar y negociar proyectos de Ley en los que tuvo interés. En esta elección, la caída estrepitosa del PUSC se hizo evidente, lo que le permitió al PAC crecer a nivel presidencial, pero no así en materia legislativa, donde aparece el Frente Amplio de José Merino con un asiento.

Finalmente, para el 2010, una mujer sedujo al electorado femenino del país, una apuesta ganadora de los Arias, pero que no representó un aumento en sus diputados, incluso disminuyendo a 24 miembros, seguido del PAC que descendió a 12 y del ML que ascendió a 9, del PUSC que apenas se recuperó a 6 escaños y un PASE que sorprendió con 4 diputados, que luego dejaron el partido de Óscar López, para adherirse al PLN. La AL se repartió, curiosamente, en gran cantidad de fuerzas políticas sectoriales, es decir, diputados que nacen de grupos de presión, algunos religiosos (Renovación Costarricense), otros de interés social (PASE) y uno de izquierda que reincide con José María Villalta del FA.

En las elecciones recientes de 2014 hubo dos grandes perdedores: el PLN y el ML, el primero porque pierde las elecciones primarias, y el segundo porque apenas logra 4 diputados, cuando en algún momento se supuso incluso con posibilidades de pelear la Presidencia. Ambos partidos descienden su presencia en la Asamblea Legislativa ostensiblemente: el PLN de 24 a 18 diputados y el ML de 9 a 4. Otro que pierde es el PASE, que pasa de 4 a 1 congresista.

El Frente Amplio (FA) se erige como un partido ganador, porque aumenta de uno a nueve sus diputados en la AL, a la par del PAC, que logra 13 diputados (tenía 11) y queda con alta probabilidad de ganar la Presidencia de Costa Rica.

El recuento final nos deja ver que el PLN sumó 18 diputados, es decir, que con solo aliarse a los cristianos podrá evitar que un eventual gobierno del PAC logre proyectos significativos para su gestión y para el país, como proyectos de Ley que ocupan 38 votos, una mayoría calificada. Igualmente, en un eventual gobierno del PLN, este partido no podría gobernar con solo que el PAC y el FA (o el PUSC) se pongan de acuerdo para evitarlo. Un escenario bastante complejo para cualquiera.

Otro tema es que hay 9 votos dispersos en partidos pequeños, que darán un panorama variopinto a las discusiones y negociaciones que se vienen. Por ejemplo, para obtener mayoría simple (29 votos), el PAC necesitará aliarse al FA y PUSC, o en su defecto lograr que 8 o todos los “pequeños” se alíen a su propuesta. Y el PLN necesitaría aliarse al PAC para obtener mayoría simple, pero si no tiene el apoyo del PAC ocuparía el apoyo del FA y el PUSC , o bien lograr el del PUSC y 3 diputados de los “pequeños”, que no sería sorpresa sean los evangélicos, que siempre han sido tureca del PLN.

Los datos nos dejan ver varias conclusiones interesantes:

1. La presencia electoral del PLN vuelve a su dato mínimo de 18 diputados, lo que confirma una base electoral que le garantiza a este partido una clientela que repite su voto cada 4 años. A nivel legislativo, el PLN sigue siendo el partido más sólido del país y no sufre la debacle que muchos auguraron. Es decir, para el 2014 es su candidato el que desciende al dato más bajo de su historia, solo parecido al 31% de 2002. En conclusión, el PLN vuelve a caer como lo hizo en el 2002, cuando el candidato de esa agrupación era, precisamente, el hermano de Johnny, Rolando Araya Monge. Y en ambas ocasiones, el fenómeno PAC es quien apaga las pretensiones de los Araya Monge por tener otro presidente en su familia.

2. Aún cuando el PAC podría tener a su primer Presidente de la República en la historia, contará con una fracción casi igual al período anterior, lo que confirma el poco arraigo de este partido en el concurso electoral para la AL, y que tiene también relación con su pobre desempeño en las provincias costeras: Guanacaste, Limón y Puntarenas.

3. El ascenso del FA y el descenso del ML, implica un ligero avance del progresismo y del centro-izquierda en la AL. Sin embargo, el PUSC recupera terreno electoral, que se deja ver en su base histórica después del 2002. Está por verse que el FA consolide su clientela electoral legislativa en futuros procesos, como el de alcaldes y dentro de 4 años.

4. No solo se confirma, sino que se amplía la división de varios diputados en partidos sectoriales como los cristianos (RC y RN), el ADC nuevo y el PASE. Asimismo, esta base se amplía con el ML, que logra apenas 4 escaños y se convierte en un minoritario.

5. Si lo pensáramos como izquierda y derecha, o socialismo y liberalismo, quizás podríamos intuir que las fuerzas se alinean con un PAC, FA y quizás el PASE a la izquierda con un total de 23 sillas conquistadas, mientras el PLN, el ML y los evangélicos, que sumarían 25. Ahí tendríamos al PUSC, que si asume su visión liberal cristiana, se sumaría con sus 8 diputaciones al bloque de centro-derecha, pero si retoma su visión socialcristiana podría estar del lado centro-izquierda. Es el mismo caso del diputado Redondo de la ADC de Cartago. En consecuencia, un gobierno del PAC necesitaría aliarse con el FA y el PUSC para avanzar en una agenda progresista y social, mientras el PLN ocuparía al PUSC, ML y evangélicos para lograr su predominante enfoque liberal-económico.

Haga Usted sus cálculos y verá que estamos de frente a una ruptura en lo que conocemos de la AL y del juego que en ella se pueda dar. Indudablemente, el próximo Presidente de Costa Rica necesitará, aparte de simpatía y habilidad, una sobresaliente inteligencia para articular razones, convencimientos y negociaciones de muchos tipos.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...