miércoles, 29 de agosto de 2012

Ética médica en crisis, un reflejo social

Un médico de apellido Méndez publica una foto de un paciente moribundo y escribe "vean como nos divertimos". ¿Cansancio, sátira, descaro?

Otro se quejaba soezmente por su Twitter de una guardia que hacía en el Hospital de Niños. Proveniente de la UCIMED, al muchacho le llovió por todos lados por insultar a las instituciones con sus declaraciones.

¿Qué pasa en estos casos? Tengo varias teorías que se comparten.

La primera es que lo actuado por estos "médicos" es reflejo de lo que sucede con el gremio: el interés personal, y económico en particular, se imponen a la ética hipocrática y el deseo de servir. Estas actuaciones son reflejo de la ética médica actual, solamente que con una carga mayor de estupidez, inmadurez y descontrol psicológico. Ellos simplemente están actuando como lo hacen sus mayores, pero de manera intempestiva.

Personalmente podría enumerar decenas de casos donde he sido víctima, así como mis familiares, de abusos, malos tratos y malas praxis médicas en las instituciones de la CCSS, e incluso, en clínicas privadas. Pero no pretendo aburrirlos, así que tal vez más adelante haga un recuento personal de los daños.

Lo último que sí he visto, de manera reiterada, son médicos en la Clínica Clorito Picado, atendiendo mientras consultan su Facebook, su Twitter o mensajes de texto en sus celulares. Y la evidencia ya está a la vista. Los señores, en lugar de enfocarse en la posible enfermedad, en la atención de las personas, se desconcentran con asuntos personales y su atención es sencillamente pésima, ¡y se lo permiten!

La segunda teoría tiene que ver con la dinámica social y económica actual: las personas estudian profesiones no por convicción, sino por interés económico para sobrevivir. Lo mismo sucede con los educadores: "estudiar una carrera pensando que tendrá un futuro económico mejor". Las universidades privadas se han aprovechado del eterno llamado de crisis de los políticos y los medios, con el propósito único de enriquecerse y hacer lucro, mientras se olvidan pasmosamente de su función académica. Entonces de ellas salen títulos sin doctor...

La tercera percepción indica que en realidad no es que ahora sea peor, es que antes no existían redes sociales, pero la ética médica ha venido en decadencia desde hace unos 20 años para acá, a la par de la ética económica que domina nuestro país: la neoliberal.

Creo que las tres tesis que manejo tienen algo de razón, en un discurso ecléctico necesario, que nos enfrenta a una sociedad donde lo individual -lo egoísta claramente- se impone a los social, a lo colectivo. La gente ya no estudia para aprender o para servir, sino para tener un permiso para ver cómo hace dinero.

Esto mismo aplica también, con diferencias particulares, a la situación de nuestros educadores actuales.

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