Dantón vuelve a una Francia simbólica que se queda sin hechos

Danton. Sobre la Ilustración que ha robado. El odio es un concepto personal que se alimenta de preconcepciones ideológicas (religión, cultura, pensamiento). Este artículo nos enseña mucho sobre el por qué el Estado Islámico odia a Francia.

Pero ese odio es movido por otras razones instrumentales; entonces viene la gran pregunta: ¿o será que las razones ideológicas necesitan las razones instrumentales? Todo esto encierra la disputa por el poder del petróleo. Aquí subyace (o sobreyace) un tema de colonialismo inevitable e irrefutable, pero más aún un tema de dominio de una riqueza impresionante en crudo.


Los países aliados a EE.UU. por el dominio de esa riqueza geológica, que pujan las manos de multimillonarios, han hecho guerra histórica en esos países por mantener el control de las fuentes que NO les pertenece. Me parece, también, irrefutable.

La indignación ha logrado convertirse en violencia radical, la que nace de la raíz, es decir, la que genera el odio. Cuando a usted le roban su propiedad ud siente lo mismo. Más allá de creencias religiosas, que usan y abusan de manera inhumana, unos y otros, detrás siempre hay una lucha por reivindicarse como identidad, como dueños de sí mismos. 

El libre pensamiento francés, nacido en una Ilustración poderosa, que tanto admiramos se convierte de repente en una amenaza, pero no solo por ser libre pensamiento laico, sino por haberse convertido una imposición histórica, una que se justifica, y que se alimenta, cada semana en los deseos necios de esas transnacionales del poder, vestidas de país, por seguir imponiendo condiciones agresivas para obtener algo que nunca les ha pertenecido; ni el petróleo, ni la cultura, ni las vidas de esos territorios y países. 

Es la lógica siempre visible del capitalismo salvaje y generador de guerras. El gran problema ahora es cómo convencer, sin hechos, que un país como Francia realmente será respetuoso, tolerante y de hecho laico en el sentido económico. Porque ser laico simbólico ya no basta, si no es Francia a tus zapatos, será muchos zapatos sin la Francia de la ficción ideal histórica. 

No hay alianza francesa cuando voy a exigir lo que no doy, cuando voy a brindar mi cultura sin respetar la tuya. Cuando voy a pelear por tus recursos, pero no me pertenecen.

Y me pregunto, ¿será que no puede haber Europa o EE.UU. sin hurto? ¿Será que no puede haber potencia, en este 2015, sin quitarle a los demás?

Indudablemente, no tengo predilección por esa violencia, ninguna de las dos, porque finalmente ambas partes han decidido que las víctimas sean humanas, pero además inocentes. Porque sí, en los países islámicos también mueren por esta guerra que sigue siendo la tercera guerra mundial; la del petróleo.

Es paradójico; tanto millones de años para que la Madre Tierra produzca petróleo y minerales (como el diamente o el oro) y que finalmente terminen por poner en peligro de extinción la sensatez humana. Más aún: que lo mejor de las ideas humanas en una Ilustración sean hoy vendidas para la vanidad capitalista no solo de Francia, sino de los países que ya no saben cómo pueden salir de la curvatura del tiempo.