jueves, 12 de julio de 2012

Fotocopiado de libros: el espacio de emociones y razones encontradas

Prefacio: Con este post me uno a ticoblogger.com y quiero agradecer a José Medrano, quien me ha invitado en varias oportunidades a formar parte de esta comunidad, pero que por mis enredos no había podido concretar. Asimismo, esta es la forma en que revivo este blog que había dejado abandonado durante muchos meses, quizás por culpa de las redes sociales y por falta de tiempo. Espero poder aportar algo interesante para los amigos lectores.

Fotocopiado de libros: el espacio de emociones y razones encontradas

Recientemente la Asamblea aprobó en Comisión, por unanimidad, una Ley para permitir el fotocopiado de libros con fines educativos. Mi primera pregunta fue ¿qué parte de un libro no tiene fines educativos?

En principio me alegré, pero luego, al sopesar los criterios de otras personas, y escuchar la posición de las editoriales costarricenses, me alarmé racionalmente. La Ley impulsada por el Frente Amplio, con el apoyo del PAC (ambos partidos muy ligados a la Academia) y otros partidos, presenta una situación más que preocupante a mi manera de entender: quiénes van a publicar los libros para que estos sean fotocopiados.


Con esta Ley, y posibles interpretaciones, casi que cualquier libro podrá ser fotocopiado aduciendo fines educativos (como una investigación, un trabajo del cole, una lectura para aprender más, etc.). Asimismo, la Ley mejorará el "negocio familiar" de los dueños de fotocopiadoras y, por supuesto, disminuirá los costos de la educación en Costa Rica, para ricos y pobres por igual. Verdad de perogrullo.


El tema es que la Ley da un golpe muy duro, quizás irrecuperable, a las editoriales, principalmente a las pequeñas, de carácter crítico e independiente, aquellas que publican libros que no son comercialmente atractivos, como es el caso de la literatura, el ensayo académico y otros afines.


En este reportaje que publico en Culturacr.net, las editoriales plantean una realidad que carga aún más el asunto: "Por causa de una casi inexistente política de promoción de la lectura, del empuje de las transnacionales de la edición de libros de autoayuda y best sellers con una fuerte mercadotecnia, así como del escaso apoyo del librero nacional a las editoriales pequeñas, la nueva Ley del Frente Amplio ha venido a dar un nuevo y duro golpe a los esfuerzos por mantener una edición de calidad e independiente pequeña". A esto se suma el empuje de los libros electrónicos que, con bajo costo, pueden vender grandes cantidades.

En consecuencia, la Ley ayuda también, de alguna manera, al acabóse de los libros impresos.


Las editoriales han planteado que desde un 60 a un 80% de sus ingresos provienen de "libros escolares", por lo que entenderemos que gran parte de ese porcentaje desaparecerá y, con bastante certeza, muchas editoriales pequeñas nacionales. 


Entonces, qué pasará, ¿de dónde saldrán los libros para poderlos fotocopiar? ¿Quiénes publicarán los libros que no tienen gran salida comercial? Posiblemente sus propios autores, quienes sacarán tirajes bajo demanda, de 100 ejemplares en adelante, porque para las editoriales ya nada de esto será negocio ni siquiera para sobrevivir.


Quizás las únicas editoriales que sobrevivan sean las editorial estatales, ya subsidiadas, pero con un tiraje inferior -más aún del actual- de titulos y cantidad de copias.


Esta realidad nos plantea un encuentro de emociones y razones, ¿ayudamos realmente a la educación suprimiendo el negocio endeble de las editoriales del país? ¿Es esta ley constitucional o incluso coherente con la legislación costarricense, incluyendo el TLC y su capítulo 15, la ya existente ley costarricense de derechos de autor y conexos? 


Se las dejo rebotando...




3 comentarios:

Sergio Masis dijo...

Hay que aclarar que SIEMPRE ha existido y sigue existiendo (antes de esta nueva ley) la excepción de reproducir materiales (y no solo literarios, sino montar obras teatrales, o ejecutar música, etc) sin violar la normativa nacional e internacional en materia de propiedad intelectual cuando se cumplía la conjunción de 2 requisitos: a) Ausencia de fines de lucro y, b) Propósitos educativos o formativos. Aquí el problema es que los estudiantes no suelen tener fotocopiadoras en sus casas para reproducir un libro y usarlo en su proceso formativo. Entonces alguien más, entiéndase "el empresario de la fotocopiadora", que si tiene fines de lucro con sus copias, es la pieza del engranaje que no calzaba. Diferente es cuando una escuela de teatro o una de música, utiliza materiales protegidos por derechos de autor para sus procesos de formación, donde nadie gana un cinco en toda la cadena de producción. ES SUMA: Lo nuevo aquí no es la finalidad educativa como excepción, sino la "libertad" que se otorga a los dueños de fotocopiadoras de lucrar excusándose en tales fines. Portillo peligroso???? No lo sé, ese es el meollo.

Óscar Castillo dijo...

Sergio: Efectivamente, en la práctica se está despojando al autor, al editor, al librero en beneficio del fotocopiador, que sí tendrá lucro. Pero además, la ley contempla la excepción para la educación, pero aclara que se debe hacer respetando "los usos honrados". Muchos creen que "los usos honrados" son solo reconocer el nombre del autor, pero también son el provocar daño patrimonial al autor, y este sí se produce.

Óscar Castillo dijo...

Perdón, quise decir "no provocar daño patrimonial al autor"...

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