miércoles, 6 de noviembre de 2013

El mito quepodría decidir las elecciones: "De por sí Araya ya ganó".

En la política nadie lee, nadie entiende mucho, pero muchos votantes leen títulos y escuchan esas expresiones populares que rondan los parques, las calles, los lugares de trabajo, la familia. Hablo de que mucha gente atiende a los mitos políticos, a los que atiende como si fueran razones, como si esas fueran las razones para decidir el voto. (Al respecto ver este artículo sobre "Los tipos de votantes en Costa Rica").

Un mito es algo muy sencillo: se trata de mentiras o falacias que de tanto repetirse terminan siendo consideradas verdad o realidad incuestionable. Aún cuando eso les provoque daño. Por ejemplo, de tanto decirlo todas las personas dicen que es imposible que caiga un rayo en el mismo lugar dos veces, pero es falso, sí puede suceder

En otro artículo -que se hizo viral en redes sociales y fue visitado por más de 50 mil personas en dos publicaciones, una en este blog y otra en Culturacr.net-, me referí al mito de los "comunistas comeniños" que aún persiste en Costa Rica. 

En esta ocasión me referiré a uno más grave aún: "de por sí Araya va a ganar las elecciones". Esta frase o muchas parecidas se han venido reproduciendo masivamente en toda Costa Rica. Este es el mito que ganará las elecciones, si algo no sucede en las campañas de los partidos opositores, principalmente de quienes están más cerca del contendor liberacionista.

Como han demostrado analistas y politólogos, así como estadísticos, esta frase tiene un solo efecto: aumentar el abstencionismo, incluso entre quienes ven en Araya un pésimo candidato. Y el abstencionismo beneficia a Araya, porque entonces el número de votos que necesitará para alcanzar el 40% en primera ronda será menor. Si menos personas votan, menor será el 40% del total de votos emitidos.

Ahora bien, lo peor de este mito es que nace en la misma oposición; normalmente producto del desencanto con encuestas, con la interpretación y manipulación mediática en algunos casos, así como en la desconfianza de la capacidad intelectual del costarricense a la hora de decidir su voto.

Sin embargo, la actitud que podría esperarse de la oposición debería ser más optimista y, sobre todo, más esforzada hacia lograr objetivos. Una oposición derrotada desde antes es una oposición además fácil de vencer.

Y ojo con esto, que se trata de tragar el anzuelo precisamente de quienes interpretan las encuestas y hacen proyecciones de las encuestas: "Araya y el PLN tienen una intención de voto entre 23-26% del total del padrón (100%), contemplando el margen de error según la Encuesta de hoy de Borge en el Diario Extra. Cuando se dice que tiene un 50,1% se calcula sobre los que ya tienen candidato, lo cual induce al error, error que también se repite para el dato de Villalta (19,1%) y Guevara (19,1%). Esos porcentajes serían posibles si en febreo tuvieramos un 50% de abstencionismo", como bien explica el politólogo Claudio Alpízar.

La mayor distorsión en las encuestas no que sean falsas o inventadas, como algunos afirman todavía, sino del cómo se proyectan sus resultados, interesante explicación que realiza el estadístico Polo Barrionuevo en esta entrevista con Culturacr.net.

Pero ahí no termina la cosa: lo más peligroso es que ese mito ya alcanzó al medio popular, es decir, a esos que deciden elecciones y no participan de las redes sociales, a esos que no entienden nada de interpretaciones ni proyecciones ni encuestas. 

Otro factor que ha extendido el mito es el desencanto de una oposición dividida, hay demasiados candidatos y la gente no tiene interés en conocerlos, y como la mayoría de ellos están lejos de Araya según las encuestas, el decir popular es "¿para qué votar entonces? Es perder el voto de todas formas, si Araya va a ganar, o sea, es mejor evitar la fatiga". 

Para la gente no valdrá la pena votar, porque además "todos los políticos son iguales". No obstante, ellos no saben, ni hay partido político alguno que haya educado en lo contrario, que el no votar es una forma de legitimar que siga sucediendo lo mismo, es decir, de darles permiso a los mismos de que sigan haciendo lo mismo. Y la gente tampoco sabe que NO votar en esta elección es casi como votar por Araya.

Si la oposición quiere tener alguna oportunidad en estas elecciones necesitará, además de una alianza en la recta final, de romper con este mito de una sola vez, antes de que sea imposible de parar, y ya sea demasiado tarde. Por ahora, el mito está cumpliendo su función.

¿La solución? Se necesita direccionar las campañas proselitistas y publicitarias, se ocupa educar a la gente sobre conceptos básicos de las encuestas, pero ante todo, urge motivar sobre el optimismo.

Actualizado: miércoles 6 de noviembre, 6 pm.

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