miércoles, 19 de septiembre de 2012

Tendencias de una (im)posible alianza opositora

De alianzas posibles, turecas e ideologías

En Costa Rica los partidos tureca y los partidos convenientes (PASE y cristianos) no cambian mucho su accionar de irse con el que mejores beneficios les reeditúe; la escuela de Cachimbal. En estos pequeños receptáculos fallidos de la esperanza electoral costarricense poco cambia.

Son el Frente Amplio (FA), el Movimiento Libertario (ML) y algo del PUSC quienes parecen formular una propuesta más ambiciosa a nivel ideológico, aunque también negocian lo suyo, cuando los réditos son buenos, principalmente el ML y el PUSC en sus tendencias más neoliberales y convenientes.

Una alianza en el marco de los partidos políticos costarricenses, en las condiciones dadas, es muy difícil sino imposible, porque al planteamiento de los turecas se agregan diferencias que podrían ser irreconciliables. Veamos.

¿Quién es más peligroso para el pensamiento de centro-izquierda: Calderón, Otto Guevara, Figueres Olsen o Rodrigo Arias? ¿Hay alguno más peligroso que otro? ¿Quién lo es más para toda la oposición?

En el tema ideológico y de la corrupción, ¿quién es más perjudicial para el país: Calderón, Guevara, Figueres o Arias? ¿Es posible una alianza entre un ML y un PAC? No lo creo. ¿Es posible una alianza que incluya al PUSC? Es más probable, pero sigue existiendo la oposición de Solís y su grupo al ala que entienden corrupta del calderonismo.

¿Era posible pensar en una alianza del PAC con el PASE y el FA? Ideológicamente sí, no obstante, el PASE se trajo abajo todas sus posibilidades con sus movimientos de traición a la alianza legislativa, su acercamiento al PLN y sus acercamientos de doble cara con los partidos cristianos. Recientemente, para confirmarse, Óscar López el líder del PASE quedó muy mal parado al comprobarse que no tiene bachillerato aunque afirmó tenerlo para casi graduarse como abogado en la cuestionada universidad cristiana del polémico conservador Justo Orozco.

¿Qué alianza es posible entonces? El mismo PAC dentro de sus filas tiene grupos fuertes de derecha que no harían buena cara ante la unión, por ejemplo, con el Frente Amplio (FA), y viceversa: la más recalcitrante izquierda radical del FA no estaría contenta con unirse a cuadros derechistas del PAC. Asimismo, la izquierda del PAC no permitiría, desde ninguna posición factible, que este partido se uniera con el ML de Otto Guevara y su clara tendencia de derecha, que detiene proyectos ecológicos y sociales a favor de explotadores de la empresa privada y el beneficio individual a cualquier coste.

Reiteramos entonces: ¿Qué alianza opositora es posible? En mi perceptivo entender solamente habrá una posibilidad: una alianza electoral conveniente de última hora, que dependerá de los escenarios que estén dados en los meses previos a las elecciones nacionales y del riesgo que se encierre. Veamos.

Si el candidato liberacionista es Rodrigo Arias (RAS), el PUSC, el PASE y otros partidos pequeños y regionales, incluido el FA, podrían unirse como último recurso al PAC para lograr destronar a los Arias. Si fuera Araya quizás el asunto no se vea como una amenaza tan fuerte, excepto que Figueres esté dentro de su bando con poder de puestos e intereses incluidos. Con Figueres sería muy similar al escenario con RAS. En estos casos el enemigo es el PLN y su continuación en el poder, principalmente a raíz de los sonados casos de corrupción y pésimo manejo estatal en beneficio de camarillas e intereses privados.

¿Podría generar el PAC por sí mismo la fuerza de otros procesos para oponerse y ganar al PLN? Más que una ilusión opositora, puede ser posible, sobre todo si en la convención de este partido las fuerzas en contienda calientan el enfrentamiento y generan movilidad al partido, así como a sus precandidatos. Montoya, Luis Guillermo Solís, Claudio Monge y Epsy Campbell configuran un cuadro de líderes interesantes que, si se dan a conocer y el país las conoce, podrían compaginar -luego de la convención quizás- un grupo bien organizado y estratégico que se posicione como una alianza importante. Aquí el aprendizaje de los errores pasados y una nueva guía alejada de la terquedad de Ottón Solís, quizás sean estrategias propicias para un mejor posicionamiento de los pre y candidatos. La esperanza en nuevas caras podría su punta de lanza en la lucha electoral, revitalizando su posición en medios y en la gente.

Ninguna alianza opositora que mezcle partidos, después de estos convulsos 4 años, saldrá ilesa en un posible descrédito que implicaría el riesgo de perder, antes que ganar, adeptos. Una alianza no implica, per se, que los seguidores de un partido se vayan ciegamente a apoyar al otro partido, sobre todo cuando la unión se hace con partidos y actores cuestionados, así como contrarios al pensamiento político que acuerpa un partido político.

¿Qué podrían lograr un ML y un PUSC que en algún momento han tenido afinidades ideológicas de orden neoliberal? Estos dos partidos tienen más en común que otros, podrían formar una alianza cristiano-libertaria o algo similar, sin embargo, tiene "líderes" egoístas que quiere figurar cueste lo que cueste, aunque cueste el mismo ridículo: el caso de la cuarta candidatura de Otto Guevara no es más que un claro ejemplo de eso. El ML ha demostrado ser un partido efectista, sin arraigo popular ni conservación de sus seguidores. El PUSC, después de su evidente descalabro después del caso Calderón-Fischel, cayó a un comportamiento conveniente similar, tratando de escalar puestos y entronques para proteger a sus líderes cuestionados, o bien rescatar algo del partido, principalmente desde la posición de Fishmann. En esta orientación, si encuentran intereses comunes, el PUSC y el ML podrían aliarse. El PASE podría, si recibe tajada en puestos y beneficios, hacer algún tipo de mancuerna. No creo que el PAC se acerque a este grupo en ninguna circunstancia, porque eso le significaría perder muchos miles de seguidores que creen en ese partido por su bandera anti-corrupción y pro consecuencia en el decir y actuar, entre otros principios que lo distiguen de los partidos con ansias de poder por el poder mismo.

El PASE ha dicho, en cualquier panorama, que no se uniría a una posible alianza opositora. Su cálculo es optimista a partir de los buenos resultados en las elecciones anteriores, donde obtuvo 4 diputaciones; sin embargo, su confianza no toma en cuenta el descrédito que ha tenido su contradictoria posición al desligarse de la alianza de oposición en la Asamblea, descrédito entre un electorado de centro-izquierda que quebró su voto para darle participación a una población en desventaja.

En elecciones anteriores, con la simple herramienta de la observación no he estado, céteris páribus, muy alejado de acertar sobre las tendencias en la política electoral. Más que como deporte, en esta oportunidad intento realizar una valoración más perceptiva que racional, siguiendo los datos y comportamientos hasta hoy. Mi percepción sobre una alianza es pesimista, a partir de una realidad de zanjas abisales entre los partidos y los líderes. Sin embargo, en política, como en fútbol, a veces suceden los milagros y resultados inesperados sobrevienen.

Las tendencias entre los posibles candidatos y las encuestas es otro tema que se las trae, pero ese análisis lo dejamos para la siguiente entrega. Empezaré por decir que las estadísticas no solamente están entrando en un plano de falta de credibilidad, sino que además debería haber un control de ellas, no tanto por sus efectos de lectura de lo que sucede, sino por sus determinantes efectos en las tendencias de los candidatos y los partidos políticos. Su efecto es hasta decisivo de una elección nacional y eso es muy peligroso para una democracia donde la plutocracia prevalece y quien paga el baile parece que manda la música...

1 comentario:

Geovanny Debrús Jiménez dijo...

Por supuesto que sus comentarios también son bienvenidos.

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