lunes, 5 de enero de 2015

El nuevo mercado persa de Facebook, adiós a la red social


El mercado persa fue una novedad, tenía productos de todas las procedencias y todas las personas querían visitarlo para satisfacer sus necesidades. El mercado de hoy es diferente, primero porque inventa necesidades que no existen, pero además porque con la ayuda de la publicidad pueden engañarte de las maneras más insospechadas que podamos imaginar.

Facebook, una ocurrencia de un joven universitario, cuyo potencial elucubró justo a la entrada de capitalistas efervescentes, pudo invertirse y venderse como una red social. Quienes asistimos al inicio de lo que fue una red social, podíamos sospechar que el futuro estaba ahí.

Pero una vez, en este cuento de hadas universitario norteamericano; radicado fiscal y físicamente en un país nórdico, aunque virtualmente en todo el mundo, la bolsa de Nueva York trazó el rumbo capitalista que viene como marca de ADN a cualquier "sueño norteamericano". Y ahí empezó el fin de la red social e inició el nuevo mercado persa de la Internet, en extensión de una buena parte del mundo.

(Hasta aquí, me podrían reclamar, no hay nada desconocido. Pero lo desconocido siempre depende del receptor; si me lee un geek así pensará, si me lee "un común" podría estar ahora descubriendo algunos asuntos nuevos. Seguimos entonces para ver, en qué medida, podemos sorprender a cada quien.)

Paralelamente al "cara de libro", Google proponía sin enfado su publicidad llamada Google adsense, una publicidad para webs de todo tipo y en todo el mundo, algo más democrático. Pero Google pecó en tres sentidos: 1) su propuesta desembocó en abuso, desde lo mal que pagaban a las webs hasta la forma como maestros de la web inventaron formas de lograr clics tramposos y burlar a Google. Todo fue un abuso cibernético; 2) Google no pensaba que FB iba a ir sustituyendo a las webs o que, antes bien, el tráfico de esas webs dependería de esa otrora red social; 3) Google tiene un buscador con parámetros de búsqueda por vejez que soslayan lo mejor DEL PRESENTE.

En todo caso, ambas propuestas de publicidad coexisten, en dilema de menos por más (menos para el usuario, más para ellos).

Pero lo de Facebook se las trae. No podríamos definir, conspiracionistas, si FB planeó esto o fue un asunto de factores que terminaron en un producto. El meollo es que la red social logró posicionarse a un nivel absurdamente exponencial en los dedos de millones de personas, y eso le mereció convertirse, para una buena porción de esa gente, en la Internet de acceso inmediato.

El dominio al acceso inmediato ha sido una puja de una década, en la que FB y Google dominan, el primero con su fantasía de un vinazo social, la otra con el inevitable buscador (su Google Plus -alternativa de red social al FB- se mantiene en coma).

Volviendo al FB de (a)marras, este se fue convirtiendo en lo predecible: una red comercial. El social se quedó atrás, mientras el joven Goldenberg amasaba millones en euros. El secreto a voces de la red fue que primero encantó a la gente -y eso hasta lo dice la pésima película-, para crear un mercado que ahora está explotando indiscriminadamente. Repitamos: indiscriminadamente, es decir, a su gusto y antojo. Los millones de personas, en sus diversas IP y dispositivos, hacen uso diariamente de esta plataforma de arbitrarias e insostenibles reglas, lo que permite, en teoría económica y estadística, un mercado cautivo. Un mercado cautivo, pero endeble.

El ejemplo diáfano que demuestra con creces esta realidad es cuando a un perfil exitoso le exigen convertirse en página. Veamos en detalle. En tu perfil aún existe la red social, pero en la página cada quien paga por el derecho de admisión de tener 5 mil o más contactos, es decir, el perfil pasa a ser una WEB comercial dentro de la nueva Internet llamada Facebook.

Pero el mundo no es uniforme y muchos no solamente se resisten al FB, sino que lo abandonan cada día más, lo hacen poco frecuente y, como un cáncer, desestiman lo que ahí se publica.

Y no me mal entiendan, soy asiduo diario del Facebook, trabajo ahí, pero a pesar de la adicción, encuentro cada día el absurdo a la par del sentido. Ahí está esencialmente el dilema: en FB por cada 100 veces, finalmente encontrás una, dos o diez, no más, cosas valiosas. Es como la Internet en su totalidad, sin el chisme, sin la noticia fresca, sin el "topic trend", sin el meme y otras tonterías que nos ponen vivos y tontos. Y eso Google NO lo hace, porque Google te diseño los gustos, te pone búsquedas sempiternas y no te descubre el mundo. Mucho OJO.

Ahora bien, regresando siempre al eje conductor, resulta que FB no te permite ser famoso, si no lo sos previamente o porque los medios y el comercio, así como tu arte, lo han logrado. Es decir, FB no va a hacer nada por vos, excepto que le pagués, y aún eso es muy relativo. Seguidamente explico.

Ayer justamente comprobé que FB en sus páginas tiene un negocio estructurado para hacer que pagués siempre, aunque los resultados -como sucede con la publicidad en Internet generalmente- son limitados al servicio o producto que tengás, pero usualmente un "me gusta" en tu página o publicación no dicen nada, mucho menos ventas. Por supuesto, hay excepciones, aquí hablo por una buena parte, la mayoría.

El ejemplo: una página que abrí, nueva, logró con una publicación de 18 alcances de contactos con 58 contactos. A la misma hora, en otra página que trabajo de 6.528 contactos, una publicación obtuvo apenas 36 alcances. El FB te vive diciendo que entre más contactos (que podés comprar por 1, 5 o 100 dólares) más alcance, pero no es cierto. Hay en esta plataforma una ecuación, obviamente secreta, que desestimula el alcance con las páginas que tienen más contactos. La intención es obvia: manipular el mayor consumo de "promociones de página" cuanto más se crece en número.

Tampoco descubro el agua tibia con sal. Pero es válido que la gente sepa con pruebas y razones de que la Internet es algo más que FB y que además del vacilón de los selfies (que en HI5 se pudieron hacer), es posible y podemos encontrar otros espacios. Uno es el que ya usted tiene, seguir leyendo diversidad, el otro es la acción ciudadana: inutilizar lo que ya no es útil.

(Pronto segunda parte).

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