martes, 11 de febrero de 2014

Las predicciones del olfato en el análisis electoral

Cuando dije, hace ya un par de años, que Rodrigo Arias Sánchez no tenía futuro como candidato presidenciable, la gente repetía sin asco alguno que los costarricenses somos ignorantes y estúpidos, y que votarían por cualquier figurón del PLN, fuera Arias o fuera Figuerer Olsen. A pesar de cierta duda, también indiqué que Figueres no se animaría a lanzarse, y así fue. Le gente bufó de mis apreciaciones y luego callaron, algunos lo aceptaron caballerosamente.

Antes había dicho que el poderío liberacionista en las alcaldías demostraba mejor organización de bases, y que eso incidiría -si no se hacía nada- en otra derrota PAC en los cantones más alejados. Y así sucedió en estas elecciones.

Luego, dejé claro que un ottonismo viceral -Manrique Oviedo, por ejemplo-, estaba haciéndole daño al PAC con ese tono fatalista de que "ese grupo está acabando con el PAC", en referencia a los grupos opositores que venían a la tradicional candidatura del fundador del partido. Y así fue, pero como lo planteé, más bien era ese grupo nuevo, refrescante, que nacía, el que podía "recobrar la cordura política y retomar la línea de amistad, acuerdo e inteligencia que traía y le subyace a esta agrupación esperanza para el país". Así ha sido. Desde ese momento soy impulsor de la candidatura de Luis Guillermo Solís, es decir, desde antes de la convención.

Es cierto que aún queda gente que vota por un mono si viste de verde y blanco, eso es innegable, pero también es cierto que el olfato me decía que la política costarricense estaba cambiando, y los patrones explicativos previos a esta elección no tendrían validez. Este fue mi hallazgo del año 2013. Luego vi cómo colegas se lanzaban a decir cosas a partir de esos modelos obsoletos y erraban estrepitosamente, aunque lo supieron disimular muy bien.

Más adelante, desde agosto de 2013 acepté que mi candidato era Solís quien -dicho sea de paso- no tengo dudas será el próximo Presidente de Costa Rica. En ese mes, predije que los candidatos que venía creciendo y ganando adeptos firmemente eran José María Villalta y Luis Guillermo Solís, y que el Dr. Hernández se estaba desgastando y entrando en una vorágine desconocida para él. También preví la caída de Araya y que el mito del "doctorcito bueno" era un punto a favor, pero también un arma de doble filo. Dos días antes de la renuncia del doctor, la predije en mi Facebook,  cuando nadie daba crédito. Luego vino el circo de volver, volver e irse finalmente.

Más adelante, lo que había esbozado en agosto de 2013, también lo sostuve para enero de 2014, haciendo un perfil de candidato por candidato, que terminó por confirmarse en los resultados de las votaciones, pero además en las conclusiones que ahora tenemos de ese proceso.

También en noviembre sostuve algo que se hubiera confirmado de peor manera si la gente no reacciona: el mito de que Araya de por sí iba a ganar. Lo dije con toda claridad: ese mito podría ganar las elecciones. Pero también dije que se necesitaba "direccionar las campañas proselitistas y publicitarias, se ocupa educar a la gente sobre conceptos básicos de las encuestas, pero ante todo, urge motivar sobre el optimismo". Y así fue, esa fue la campaña del PAC, de educación, de conocerse, de ecuanimidad y de optimismo, por eso salió airoso, rompió el mito y ganó.

Para octubre de 2013, se hizo viral un artículo que publiqué en Culturacr.net y en este blog, en el que también dejé claras las reales diferencias ideológicas entre los partidos políticos, las etiquetas que tanto daño y confusión estaban generando en el medio, y la campaña sucia del miedo anti-comunista. Ya en octubre se veía que el asunto de las disputas electorales tendría un alto matiz ideológico, principalmente cargado por la ignorancia de la gente sobre el tema, no es raro, por eso, que el artículo fuera leído por más de 60 mil personas entre las dos publicaciones.

Pero si hablamos de predicciones, la más clara de todas viene siendo que lo dije con claridad y elementos de juicio: Luis Guillermo Solís venía en franco crecimiento con un voto silencioso y ganaría o lograría al menos el segundo lugar para ir a una segunda ronda. De hecho, en a principios de diciembre me atreví a hacer predicciones para enero, pero las encuestas terminaron por hacerlas ver como equivocadas. No obstante, como hemos visto, las encuestas estuvieron bastante desacertadas y sus lecturas distaron muchísimo de la realidad. Pero en esas predicciones, en las que debo aceptar que le puse mucho al ML y el FA -para enero-, ya venía dando a entender que Solís crecería y se pondría a la par del PLN, números más, números menos.

Me predicción se confirmaba, para mí, cuando realicé este último análisis de los números previos al día E. Unos 5 días antes de las elecciones ya andaba yo jovial, tranquilo y seguro de lo que sucedería, y mis contactos FB, incluso los amigos FA que tanto se resintieron conmigo, no me dejan mentir.

Con este recuento del cúmulo de aciertos -y algunos desaciertos- en mi análisis electoral, no pretendo ponerme como un pitoniso o Nostradamus, si no llamar la atención de que la política es otra ahora, que los modelos de antes ahora no aplican, y que estamos de frente a valiosos análisis que podemos realizar si observamos con cuidado, si olfateamos bien, pero sobre todo si procuramos interpretar desde la innovación y creatividad. Y, principalmente, en entender que el análisis electoral tiene que ver mucho con la capacidad que tengamos de estudiar bien los elementos de análisis, pero también de intuir bien.

(Este y los demás textos que conforman este blog serán la materia prima para un libro que estamos escribiendo sobre el proceso electoral 2014, que se titulará "2014: la inédita ruptura". Esperamos nos manifieste su interés en leerlo desde ya, escriba al correo [email protected] para ponerlo en lista de ventas cuando el libro esté listo. Gracias por su interés y apoyo).

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