viernes, 10 de enero de 2014

Los sondeos de Internet, realidad y engaño.

Los resultados de un simulador electoral o encuesta digital por medio de redes sociales no difieren a los que arroja, por ejemplo, un sondeo electoral en la página de Culturacr.net u otro medio o página de Internet, pero siempre son diferentes de los que dan las encuestadoras estadísticas como Unimer, Cid Gallup, Borge y Asocs, entre otras.

¿A qué se deben estos números y por qué, si somos honestos, estos resultados de los sondeos digitales no son reflejo de la realidad? Veamos...

1) Quienes emiten su voto provienen en su mayoría de redes sociales o plataformas de Internet como los correos. En algunos casos, algunos partidos o simpatizantes más activos en redes, promocionan esta votaciones y se da el "chorreo" de votos, lo que modifica la representatividad que necesita un sondeo para decirse estadístico y "científico". En estos sondeos se puede observar que, por ejemplo, en un sondeo Villalta está con el 50% más o menos, pero en el otro es Solís con un porcentaje similar; eso se debe a que en el momento del sondeo las baterías de juventudes o redes sociales de esos partidos se pusieron pilas e hicieron chorreo de votos. Igual sucede en este sitio de sondeos digitales, donde un corte al 10 de enero estaba dando por ganador a Corrales con un 36%, seguido de Villalta con un 30% y Solís con un 15%.

2) No hay muestra previamente establecida de acuerdo con el patrón electoral, es decir, puede ser -por ejemplo- que el 80% de los que llegaron a votar son hombres y jóvenes, lo que no es cierto a nivel nacional, donde la mitad son hombres y la otra mitad son mujeres (un poco más de ellas). La muestra es indefinida, porque no está seleccionada, llega por empuje de los partidos. Es decir, los que votan en un sondeo digital, en las elecciones son una parte, no el todo.

3) No hay, como se ve en los datos, representatividad geográfica tampoco. Eso implica necesariamente que un sondeo de Internet no podrá ser fidedigno, excepto con un sistema interesante que propongo más adelante. En esta caso particular lo más delicado es que hay aún en Costa Rica una masa votante que tiene acceso a Internet, o que lo tiene pero lo usa con muy poca frecuencia, o nunca se conecta con sus cuentas de redes sociales aunque las tengan, y la mayoría de ellos provienen de zonas rurales de provincias como Puntarenas, Limón y Guanacaste, que en la historia de las elecciones han decidido elecciones parejas.

Lo que uno sí intuye de estos sondeos, pero no puede afirmar con toda certeza, es que si se trata de votantes jóvenes, de San José o alrededores, con acceso a Internet y uso de redes sociales regularmente, con ansias de participar, mayores de 16 años, entonces el progresismo (FA y PAC) tiene ventaja. 

El simulador sería más interesante si se lograra obtener más datos de los electores, como edad, residencia, sexo, escolaridad, entre otros, para establecer alguna representatividad, con un límite de votos según la muestra previa creada, por ejemplo, que mujeres, menores de 30 años, con nivel universitario incompleto, de Alajuela, pudieran votar solamente 235 y luego se cierre. Sin embargo, esto no evita el chorreo, por eso habría que pensar en idear un sistema para seleccionar la muestra y enviar por correo con un código de acceso, sin embargo, esto no evitaría que se excluya a quienes no tienen dominio de tecnología como el uso de Internet... Un tema interesante, una idea para desarrollar.

En el caso de encuestasdigitalescr.com, por ejemplo, pareciera más bien que la intención es recolectar información de usuarios, es decir, piden el nombre, cédula, teléfono y preguntan su percepción sobre la situación económica actual del país. Con el teléfono luego se puede enviar propaganda política luego.

Por último, es importante llamar la atención de que no se vale USAR para proselitismo este tipo de sondeos que conducen a engaño y error. Si un partido desea tener una ética de respeto y verdad, no debe incurrir en estas prácticas de la política tradicional que ahora está criticando. Eso si decir que se somete a engaño a una población ilusionada, se manipulan jóvenes y gente que se los cree, para luego llevarse la decepción de la realidad. Con estas actitudes y acciones se forma más descontento e incredulidad en el electorado, y se termina afectando aún más nuestra maltrecha democracia.

1 comentario:

Alejandro C. Trejos C. dijo...

Algún día teníamos que estar de acuerdo

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